Este año 2023, la Solemnidad de San José se celebrará el lunes 20 de marzo, y no el día 19, al coincidir con el IV Domingo de Cuaresma. Sin embargo, en los países en que es fiesta de guardar, ese lunes no se considera día de precepto. ¿A qué se deben estos cambios?
El Año Litúrgico comienza el I Domingo de Adviento y concluye con la festividad de Cristo Rey. A lo largo de sus distintos periodos, la Iglesia considera una diversidad de celebraciones que están ordenadas por el Calendario Romano, según distintas jerarquías y normas de precedencia.
Entre ellas, tienen primacía los domingos, pues en todos ellos se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo , muy en especial aquel en que se conmemora la Pascua.
Además de las celebraciones dominicales, el Calendario Romano incluye otras en honor de Jesucristo, de María o de los santos. Las consideradas como solemnidades son las más importantes y celebran un misterio de la vida de Cristo, de María o la fiesta de un santo especialmente relevante para la vida de la Iglesia. Este es el caso de San José, que se celebra cada 19 de marzo.
En un segundo escalón por orden de importancia se distinguen las fiestas, que se celebran siempre en el día natural previsto. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la Presentación del Señor, la Visitación de María o las de algunos santos como Santa Teresa de Jesús.
En un escalón inferior se encuentran las memorias litúrgicas, siempre referidas a la Virgen María o los santos. Son celebraciones más sencillas, dentro del día natural. Entre las memorias, unas son obligatorias y deben celebrarse en todas las iglesias abiertas al culto. Otras, en cambio, se consideran libres y quedan a la libertad de cada sacerdote según el bien pastoral de sus fieles. Los días que carecen de otra celebración se denominan ferias.
En los Misales, después de la Ordenación General donde se recogen las instrucciones esenciales para la celebración de la Eucaristía, existe otro documento con las Normas Universales del Año Litúrgico y del Calendario (NUALC). Ahí es donde los sacerdotes pueden consultar la tabla de precedencias, es decir, donde se indica qué celebración tiene preferencia cuando dos caen en el mismo día, como cuando la Solemnidad de San José coincide con un domingo de Cuaresma.
Los domingos de Cuaresma tienen preferencia sobre una solemnidad de un santo y, por tanto, el día 19 celebramos la Misa propia del domingo cuarto de Cuaresma. En consecuencia, para no perder la fiesta de San José, se traslada al día siguiente, lunes 20 de marzo.
Todos los domingos son días de precepto; esto es, obligan al católico a participar en la Misa. Lo mismo sucede, aunque con algunas variaciones de acuerdo a los países, con algunas solemnidades como Navidad, Santa María Madre de Dios, la Epifanía del Señor, la Asunción, el día de Todos los Santos o la Inmaculada.
Cuando una solemnidad de precepto cae en domingo y se traslada al lunes posterior, como sucede este año con San José, lo que cambia de día es la celebración, pero no el precepto, que se cumple el mismo domingo.
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