En Galicia y en la Provincia de Coruña se encuentra un Ayuntamiento llamado Dumbría. Siete Parroquias formadas por numerosos lugares y aldeas dan forma a este Municipio de la “Costa da Morte”. De geografía accidentada y lleno de contrastes, conserva todo el encanto y misterio de la Galicia rural.

En este entorno, en un hermoso paraje de la Parroquia de San Pedro de Buxantes encontramos un lugar conocido desde muy antiguo como “Fonte Santa”en el que está situada la “Ermida de Nosa Señora da Fonte Santa, Nosa Señora das Neves”.

UN LUGAR LLAMADO “FONTE SANTA”

El lugar de “Fonte Santa” era y es una encrucijada de caminos reales que conducían desde Fisterra a Santiago de Compostela y viceversa y desde Muros a Muxía. Vecinos y vecinas de Muros, Noia y Carnota, en su camino para venerar a la Virxe da Barca en Muxía se cruzaban y encontraban con los peregrinos que desde Fisterra se dirigían a Santiago para ganar el jubileo al pie del Apostol Santiago así como con los peregrinos que llegados a Santiago desde distintos puntos querían acabar su peregrinación en lo que era considerado como el fin de la tierra, en Fisterra.

No está claro el origen de la ermita de “Nosa Señora das Neves” en esta encrucijada de caminos, junto a una fuente considerada milagrosa, pero se cree que desde muy antiguo existía un pequeño oratorio, lugar de descanso y oración. Conocemos este dato porque en un escrito del Canónigo de la Catedral de Santiago, fechado en el año 1606, se recoge el siguiente dato: “Hay una ermita de nuestra Señora de la Fuente Santa, situada junto a una manantial que tiene muy buena, abundante y milagrosa agua…”

En este lugar, en medio de una robleda, existía un caserío y hay indicios para creer que la gente que allí vivía se dedicaba a la agricutura al tiempoque ofrecía hospedaje a los peregrinos que querían hacer un alto en el camino para orar y reponer fuerzas.

También hay noticias de que en el lugar “da Fonte Santa” se celebraba una feria todos los terceros domingos de cada mes a la que escribas y jueces acudían para resolver los problemas de las numerosas personas de la parroquia y de todo el entorno que participaban en la feria para hacer transaciones económicas.

Con el paso del tiempo la feria pasó a celebrarse en la Parroquia de Pereiriña, Ayuntamiento de Cee, recibiendo el nombre de “Feira Nova” el lugar del nuevo emplazamieto de esta feria.

En el año 1.809, con motivo de la Guerra de la Independencia acontecieron una serie de hechos violentos en los que los soldados franceses arrasaron todo lo que encontraban a su paso. Quemaron el lugar de la “Fonte Santa” y mataron a todos cuantos allí vivían. A partir de este momento desapareció el lugar habitado conservándose solamente, como punto de oración y encuentro, la ermita,que fue respetada, y los restos de una pequeña edificación en ruinas que todavía se conserva.

ERMITA DE “NOSA SEÑORA DAS NEVES”

En este punto de devoción, encuentro y acogida, conocido por “Fonte Santa”, alrededor del año 1.500 se construye una pequeña ermita dedicada a la Virgen María bajo la advocación de Las Nieves, una de las advocaciones de la Virgen María más antiguas.

De esta primitiva edificación de cantería se conserva una espadaña situada en la parte posterior de la actual capilla que consta de un solo vano con arco de medio punto colocado sobre dos pilastras.

Dada la gran afluencia de peregrinos y devotos que acudían a honrar a la Virgen, fue necesario ampliar la ermita en el año 1.791 utilizándose parte de la piedra de la primitiva capilla.

En la fachada oeste se encuentra en la actualidad la puerta principal que da acceso al templo y que está coronada por un arco de medio punto con un alto relieve de una cruz.

Sobre la puerta existe un pequeño rosetón, esculpido en una sola pieza,

en forma de “trisquel” símbolo celta en el que se creía que manifestaba la energía divina así como los tres elementos en equilibrio: agua, tierra y aire.

La orientación de la capilla es este-oeste, como la de la mayoría de las Iglesias y monumentos prehistóricos, de tal forma que lo últimos raios de sol de cada día entran e iluminan el interior del recinto sagrado. Una pequeña ventana situada sobre el trisquel de la fachada oeste permite que en el solsticio de verano los raios de sol se proyecten cada año sobre el Sagrario situado en el altar mayor.

La puerta está coronada por una espadana formada por dos arcos de medio punto colocados sobre tres pilastra que forman los vanos para la colocación de dos campanas.

En la actualidad las dos espadanas existentes en la capilla, así como los vestigios románicos y neoclásicos, testifican las dos etapas de la costrucción del templo.

Con el paso del tiempo, ya en fechas relativamente recientes, años sesenta del siglo XX, y a causa de la concentración parcelaria, el extenso entorno de la capilla quedó reducido al recinto amurallado en el que se encuentra la ermita, pasando todo el resto del terreno a dos propietarios. En su momento los derechos de estas propiedades del Santuario no fueron debidademente gestionados ni defendidos.

La Fuente Santa quedó fuera del perímetro circundado, así como el “cruceiro” que posteriormente, al intentar trasladarlo al entorno de la capilla, se rompió en varios pedazos imposibles de restaurar en aquel

momento. A un Km. existía otro cruceiro, conocido como “Cruceiro Xordo” que servía de separación entre las parroquias de Dumbría y Buxantes y fue trasladado y colocado al lado de la “Fonte Santa”, pasando a formar parte de fincas privadas todo este patrimonio parroquial.

Ya a principios de este siglo XXI, la Asociación de vecinos “Marco do Couto” con el párroco D. José Lado Río vio la necesidad de realizar un nuevo trabajo de restauración de la capilla. La respuesta de los feligreses de la parroquia de Buxantes fue muy positiva colaborando cada uno según sus posibilidades. Se repicaron los muros interiores y exteriores, se renovó totalmente el tejado. En la nave interior se colocó un falso techo de madera y se colocó una nueva tribuna también de madera.

Una vez acabados los trabajos de puesta a punto del edificio se restauró el retablo y las imágenes de San Benito y San Lorenzo situadas en el mismo, así como la talla de Santiago Apóstol, imagen que no podía faltar en un templo de perigrinación jacobea.

En el año 2.020, siendo párroco D. Desire Kouakou Tanoh se restauró la imagen de la Virgen de las Nieves, siendo costeada la restauración por los feligreses y devotos.

En una foto antigua, de 1.919, aparece la Virgen de las Nieves con vestiduras blancas. Las catas del proceso de restauración confirmaron que este era el color de las vestiduras de la Virgen en esa época. Después de considerar la posibilidad de recuperar el color de la pintura anterior, pareció conveniente, después cien años, conservar la imagen con el aspecto que llegó hasta nuestros días y con el que los devotos actuales se sentían más identificados.

MARÍA EN EL CAMINO

Un cancionero popular publicado en el año 1.906 recoge la devoción que desde antiguo había a la Virgen María, venerada por las gentes del entorno así como por aquellos peregrinos que se encontraban con ella en su camino.

“En los primitivos tiempos tal devoción existía por la Virgen de las Nieves que al Santuario concurrían centenares de personas que iban de romería y le llevaban a la Virgen ofrenda que consistía en una vela de cera de una o media libra …” (Cancionero popular, año 1906)

Según recoge la tradición viva en la memoria de nuestros mayores la devoción a la Virgen María, bajo la advocación de Las Nieves, se mantuvo desde tiempos inmemorables permaneciendo viva hasta nuestros días.

En esta devoción tiene una importancia especial “A Fonte Santa”, a la que, como el canto popular cuenta, envuelta en un manto blanco se acercó la Virgen María a beber agua y allí se entristeció al ver la triste suerte de los labradores que duramente trabajaban noche y día para poder comer un trozo de pan y conocer la suerte de los marineros que luchan con olas bravas sin conseguir nunca echar la pobreza fuera:

“Cóntase dela cun día, presentouse aló no monte, onde se ergue a súa Igrexa a beber auga da fonte.

Envolta nun manto branco

…………

sentouse a Virxe das Neves pensando na triste sorte dos pobriños labradores que traballaban noite e día

para comer un carrocho de broa

………….

Pensando na triste sorte

dos pobriños mariñeiros que loitan coas augas bravas

…………

sen conseguir nunca botar para fóra a morriña

…………”

(Cancionero popular, año 1906)

Es así como las gentes venían al santuario para acoger la protección y el amor de madre que María ofrecía a sus hijos e hijas y darle gracias por su presencia en sus vidas. Bebían del agua de su fuente y llevaban también de esta agua milagrosa a sus casas para dar de beber al ganado y así dieran abundante leche para alimentar a sus crias.

Y cada año, el día 5 de agosto, acudían en romería a celebrar la fiesta de la Virgen. Se celebraba Misa por la mañana temprano y Misa de Función seguida de procesión a las doce del mediodía en honor a la Virgen de las Nieves, tal como lo habían hecho sus antepasados.

Era considerada abogada contra temporales y sequías, protectora de marineros y labradores y a su fiesta acudían en romería hombres,mujeres y niños andando grandes distancias con alegría para rezar a la Virgen y cumplir sus ofertas.

No podía faltar la comida de campo, el compartir y la fraternidad, la música de pandereta y gaita, el baile punteado y el canto del alalá. Los peregrinos que de camino pasaban, se unían también y participaban de esta romería de la Virgen de las Nieves.

Según cuentan los veciños, los fondos para el mantenimiento del Santuario,para la organización de la romería se obtenían de la venta de las crias de las yeguas que con este fin se tenían en los montes y de las ofrendas que taían los romeros consistentes en maiz, centeno, trigo que eran vendidas en el mercado de Cee.

La romería del 5 de agosto dejo de celebrarse este día en el año 1923 a causa de que estas fechas coinciden con el tiempo de los trabajos más fuertes y duros para la gente del campo, pasándo a celebrarse el 8 de setiembre, día de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora.

En la actualidad, en la Parroquia y su entorno, se conserva la devoción a la Virgen de Las Nieves. El 30 de agosto comienza la novena, nueve días de oración para prepararnos para celebrar debidamente la Fiesta Grande de la Virgen el día 8 de setiembre. Acude un número importante de personas, muchas de ellas lo hacen andando y traen sus ofrendas. Las formas y costumbres cambian, pero la fe permanece a través del tiempo.

Durante todo el año son muchos los peregrinos que frecuentan el camino y que dejan sus ofrendas, oración y testimonio escrito en el altar que existe en la parte exterior de la ermita.