En este gran día de Pentecostés, celebramos el comienzo y el significado de la Iglesia.
El Espíritu Santo es el protagista de este día y se ha presentado volando encima del Altar, el cual está rodeado por un halo de fuego; simbolizado en las flores rojas y amarillas.
Este mismo fuego se reparte en dos lugares destacables:
1- Esta en el Cirio Pascual, cerca del ambon donde tendrá lugar la liturgia de la Palabra. «La Iglesia se edifica y crece escuchando la Palabra de Dios». Esta Palabra fue escrita por inspiración del Espíritu Santo, quien además nos ayuda cada vez que la escuchamos a entenderla.
2- Tambien está en el Altar donde tendrá lugar la liturgia Eucarística. «La Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora en este sitio la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que presentamos queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo».
Ven Espíritu Santo e iluminanos como hiciste en Pentecostés con la Virgen María, Santiago Apóstol, San Pedro y los demás apostoles y como harías posteriormente en la vida de San Marcos, Santa Eulalia, San Adrián, San Roque y todos los Santos. Y como esperamos y anelamos hagas en nuestras vidas.
Desde la Vigilia Pascual, el cirio Pascual ha estado presente en todas las celebraciones de nuestra Unidad Pastoral.
Hoy dia de Pentecostés como a aquellos primeros discípulos, su Espíritu nos anima a ser sal de la tierra y luz del mundo, a ser testigos de esta luz en nuestra vida para comunicar la vida nueva que se nos ha dado.
Para ello se apagó este Cirio Pascual, pero pidiendo a la vez que esta luz que no se extingue se haga presente en nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Aun así; en algunas delebraciones se volverá a enceder este Cirio Pascual para recordarnos que como bautizados, por la gracia del Espíritu, somos la presencia resucitada de Jesucristo en medio del mundo.
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