La Iglesia de Burkina Faso ha lanzado un grito de socorro para salir adelante en medio de la profunda crisis social que atraviesa como consecuencia de la violencia de grupos extremistas islámicos. Desde que comenzó la pesadilla, hace casi 10 años, unas tres mil personas han muerto y en torno a dos millones de desplazados internos lo han perdido todo. Un verdadero drama humanitario de enormes proporciones que se une al terror de la persecución religiosa a los cristianos.
Por todo ello, Ayuda a la Iglesia Necesitada lanza su campaña de Navidad dedicada a la Iglesia perseguida y desplazada de Burkina Faso. Este país atraviesa una de las mayores crisis humanitarias del mundo. Con esta campaña, la fundación pontificia quiere ser altavoz de esta situación extrema que es invisible en la actualidad.
A día de hoy, más del 40% del territorio de Burkina Faso está fuera del control del gobierno. Estas zonas se han convertido en refugio de grupos armados yihadistas que siembran el terror a su paso: muerte, devastación, violencia y desesperación. La minoría cristiana del país, que supone en torno al 23% de la población, se ve directamente afectada por esta situación de violencia. La persecución a los cristianos es otro de los frentes abiertos. Burkina Faso se encuentra entre los países donde menos se respeta el derecho a la libertad religiosa en el mundo.
En este sentido, el padre Olivier Lompo, párroco de Dablo cuando ocurrió el ataque terrorista de 2019, ha afirmado que, a pesar de la persecución: «La Iglesia se desvive… Es una lucha, del bien contra el mal. Sin embargo, los tiempos difíciles van fortaleciendo nuestra fe. Nos muestran el motivo de nuestra fe. Los mártires nos han mostrado el camino, por eso no debemos tener miedo y debemos seguir adelante».
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