En el 1972 sonaban en las radios algunos éxitos que este miércoles también se escucharon en la Casa da Cultura de Cee. De ese año es, por ejemplo, Un canto a Galicia, de Julio Iglesias. Pero de 1972 es también, y ese es el motivo de reseñar ese año, el párroco Desire Kouakou Tanoh. Nació en Costa de Marfil y se ordenó sacerdote el 24 de julio de 1999, hace un cuarto de siglo, la efeméride que celebraron en la villa de A Xunqueira. Todos estos episodios, con fotografías, vídeos y una sensación unánime de alegría compartida entre miembros de la familia, autoridades y vecinos, se relataron en una gala que atravesó «25 años de un viaje» siempre cruzado por el afán de ayudar.
Se lo agradecieron muchos de los que han estado presentes en este tiempo, retales de un acto que hilaron jóvenes presentadores, con ritmos de Eburnie, y que también se detuvo en su participación en una de las misiones de las Carmelitas en Burkina Faso, año 2000, el afianzamiento de su deseo de ayudar a prójimo, y de ahí Egueire: «En estos 16 años de vida —de la ONG— ha cambiado la vida de mucha gente», se dijo. Madrid, Sevilla… Galicia en el 2005. «Alegre, optimista», como lo definió la escritora Concha Blanco en su poema.
Un niño africano con valores y sueños: «O seu soño recorrente era o de procurar un mundo mellor». «Pidamos outros 25», deseó la autora. Ya acostumbrado a la lluvia, buen cocinero de caldo, entendedor de la retranca, de los refranes y del humor local, aficionado del Dépor, «incansable»: «Sinceramente, telo de párroco é unha sorte». Alborés, Baos, Muíño, Brandomil y Brandoñas, entre Mazaricos y Zas, son parroquias que remontan a Desire a sus inicios en la Costa da Morte.
Hoy al frente de la Unidad Pastoral de Cee, «conceptos novos que chegaron á nosa vida con don Desire», como dijo la alcaldesa, Margarita Lamela, está al frente de siete parroquias (A Ameixenda, Brens, Buxantes, Cee, Corcubión, A Redonda y Toba) y ha nutrido el Año Jubilar, la coronación de la Xunqueira o la declaración del templo de la patrona ceense como santuario.
A quien siempre da gracias ayer le tocó recibirlas. Una aportación que se reconoció con detalle institucional, reproducción del instituto Fernando Blanco, el símbolo de otro gran legado, la educación.
Una misa cantada por la coral Costa da Morte y una cena de confraternidad cerrarían el día.
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